martes, 13 de noviembre de 2012

Mielofibrosis

La médula ósea es el tejido suave y graso que se encuentra dentro de los huesos. En ella están las células madre, que son células inmaduras que dan origen a todas las células sanguíneas como son los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. 


La mielofibrosis es un trastorno de la médula ósea en la que los progenitores de ésta son sustituidos por otros procedentes de una célula madre anormal, la cual, por causas que se desconocen, sufre una alteración que la hace proliferar en exceso. 

Como consecuencia de esta proliferación excesiva aparece una fibrosis en la médula ósea, lo que hace que ésta vaya siendo ocupada progresivamente por un tejido parecido al de una cicatriz.
La cicatrización de la médula ósea significa que ésta no es capaz de producir suficientes células sanguíneas. Como consecuencia se puede presentar anemia, problemas de sangrado y un riesgo más alto de infecciones. 
El hígado y el bazo tratan de producir algunas de estas células sanguíneas lo que provoca una hematopoyesis extramedular, es decir, la inflamación de dichos órganos.
Este trastorno por lo regular se desarrolla lentamente en personas mayores de 50 años y sus causas son aún desconocidas. 

Los principales síntomas que presenta este trastorno son:
  • Llenura abdominal relacionada con el agrandamiento del bazo.
  • Dolor óseo.
  • Hematomas.
  • Sangrado fácil.
  • Fatiga.
  • Aumento de la probabilidad a contraer una infección.
  • Palidez.
  • Dificultad para respirar con el ejercicio.
En cuanto al tratamiento, en las personas jóvenes se recomiendan los trasplantes de médula ósea o de células madre. Otros tratamientos pueden implicar desde transfusiones de sangre y medicamentos para corregir la anemia hasta radioterapia y quimioterapia.

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